Por Rosaura Gpe. Albores Sosa
El ecoturismo se ha convertido en una actividad económica importante para las áreas naturales de todo el mundo, ya que proporciona a los visitantes la oportunidad de experimentar las diferentes manifestaciones de la naturaleza y la cultura, al mismo tiempo que van aprendiendo sobre la importancia de la conservación de la biodiversidad y de las culturas locales, mientras que por otra parte, genera ingresos económicos que ayudan tanto a la conservación, como también a las comunidades que viven en las áreas rurales y remotas.
Entre los beneficios que se le atribuyen a un
ecoturismo llevado de manera correcta y que lo denomina como una herramienta
valiosa, se encuentran algunos como:
§
Darle un valor
económico a los servicios proporcionados por el ecosistema conservado
§
Generar ingresos
directos para la misma conservación de las áreas protegidas
Generar ingresos para las poblaciones locales que
trabajan directamente con esta actividad, funcionando como incentivos
económicos para no desistir de la conservación
§
Promoción del uso
sustentable de los recursos naturales y, como uno de los primordiales,
§
Reducir las amenazas
a la biodiversidad, (Drumm y Moore,
2002).
Sin embargo existe la posibilidad de cometer errores en el proceso de desarrollo e implementación de las prácticas ecoturísticas, cuyas consecuencias pueden presentarse en forma de una degradación ambiental. Este problema es comúnmente asociado al turismo en áreas naturales protegidas, ya que los turistas pueden destruir los mismos recursos que vienen a visitar. Esta degradación puede ocurrir de muchas maneras y en diversos grados, ya que algunas veces, además del daño a la superficie, también se afecta la naturaleza, causando cambios sutiles y problemas como la alteración del comportamiento en hábitos alimenticios, migración y reproducción de ciertas especies animales (Drumm y Moore, 2002), como es el caso de las rayas en las Islas Caimán. Según un estudio realizado por Corcoran, et al, 2013, a la población de rayas que habitan al sur de Stingray City, demuestra que los comportamientos de las mismas se está viendo afectado notablemente a causa del ecoturismo que se lleva en la zona, alterando su sistema de alimentación, apareo y sueño.
Uno de los atractivos turísticos que más
ingresos genera a la población, es el acercamiento del turista con las rayas, permitiéndoles alimentarlas
directamente y tocarlas. Bonita experiencia si me preguntan, pero la duda es,
esta actividad realizada de manera excesiva,
¿Estará causando un impacto grave al comportamiento de las rayas? Y de ser así,
¿Cuál será el nivel de impacto que esta población presenta y el daño aun podría ser reparado?, ¿A qué costo? El comportamiento natural de una raya en
estado salvaje, muestra que son muy
activas y solitarias, durante las noches recorren largas distancias en busca de
su alimento y es muy raro que se crucen con otras rayas, mientras que las rayas
que fueron estudiadas y alimentadas en un período de 2 años, presentaron un
comportamiento totalmente diferente. Estas rayas intercambiaron su hábito de
búsqueda de alimento durante la noche, para alimentarse durante el día y
encontrarse con sus contrapartes silvestres; comenzaron a descansar por las
noches y tampoco les importaba codearse con sus compañeras. Según el estudio de
Corcoran, et al, 2013, muestra que al menos 164 rayas abandonaron su
comportamiento solitario normal de la especie, para comenzar a reunirse en un
espacio menor a un cuarto de milla cuadrada en Stingray City, formaron bancos
para alimentarse juntas e incluso, las rayas alimentadas, cambiaron su tiempo
de apareamiento, quedando cargadas durante todo el año, en vez de hacerlo
durante la temporada de apareamiento; también mostraron signos de agresividad
inusual, ya que mordían con mayor frecuencia a sus contrapartes salvajes.
Este resultado demuestra que el impacto
causado a la población de rayas debido a su alimentación por los humanos, puede
cambiar drásticamente su comportamiento, y según los autores, es probable que
existan algunos costos de salud surgidos por
estos cambios, y que podrían
llegar a ser perjudiciales para el bienestar de los animales a un largo plazo. Según
Carvalho, S/f, alimentar o intentar domesticas a los animales silvestres
es un acto muy perjudicial, ya que ellos pasan a depender del hombre provocando
un desorden en el equilibrio ecológico de las especies ya que algunos pueden
sufrir de estrés, que se ve reflejado desde en una simple pérdida de peso,
hasta en algo más grave como la muerte del animal.
Favorablemente hablando, este no es el caso de las rayas, según el estudio,
menciona que, a pesar de haber sido alimentadas, las rayas siguen buscando el
alimento por sí mismas, lo que demuestre que aun no dependen de los humanos
para su supervivencia, lo cual deja como resultado del estudio que aun se puede
remediar el impacto causado.
Ahora, qué solución se le puede dar a éste
problema, ¿Pedirle a la comunidad que pare las actividades ecoturísticas para
dejar de impactar?, es una solución muy concreta y hasta efectiva, pero no muy
beneficiosa para la comunidad. Según el reportaje, Stingray City es un gran
negocio para las Islas Caimán, cada raya genera hasta $500,000 dlls por
año en ingresos por turismo, una cantidad nada despreciable, sin embargo, según
Carvalho, S/f, el bienestar de los animales y la preservación de la flora y la
fauna deben de estar por encima de todo, sin ellos, no habría un
fortalecimiento del turismo sustentable. Tiene razón, más no concuerdo del todo
con esta idea, ya que, en este caso, no podemos desligar el hecho de que un
tercero se vería económicamente afectado, ya que son su fuente de sustento. En
mi opinión, los recursos están ahí, para ser utilizados, no para dejarse
asentados con un fin único de conservación, por lo que se debe buscar un
equilibro entre la parte económica-lucrativa y la conservacional. Para esto la OMT ah creado una serie de guías
hechas especialmente para los diferentes agentes implicados dentro del
ecoturismo (empresa, comunidad, gobierno, turista) para que, de una manera
orientada, puedan llevar a la práctica precisamente esto que se busca: una
actividad ecoturistica sustentable, que venda no solo un momento, sino toda una
experiencia de vida para el turista, sin poner el riesgo la flora y fauna de la
zona. Para poder diseñar una solución para el
problema de Stingray City, podemos basarnos en uno de los
proyectos piloto de la WWF aplicado en Brasil, específicamente en Silves, un
área lacustre localizada a 300 km de Manaos. Éste proyecto se creó debido a
deseo de la comunidad local de proteger sus recursos pesqueros tradicionales,
de la pesca comercial predatoria, creando la “Asociación de Silves para la
Preservación Ambiental y Cultural” que se encarga del manejo de los lago y
promoción de su conservación, así, en 1996 inauguraron un complejo de hospedaje
ecológico, administrado por los habitantes locales, del cual, el 20% del
beneficio económico ganado se destina al manejo de la reserva (WWF, 2001).
Stingray City
no tendría que dejar sus prácticas ecoturísticas, simplemente adecuarlas a los
hábitos de los animales. Basándome en la guía de “Buenas Prácticas para Turismo
Sostenible” de la Rainforest Aliance, algunas soluciones que en conjunto
traerían un beneficio para todos serían:
1. No parar la práctica ecoturística
2. Llevar un control y monitoreamiento del comportamiento de la
especie: es decir, llevar el control aproximado de cuántos individuos se
acercan por temporada, en qué período y hora del día representarían un nivel
menor de estrés para el individuo, cuáles son sus hábitos alimenticios y
reproductivos, etc.
3. Basado en el control anterior, crear un sistema de tours manejado
por temporadas y con cierto número de visitantes por tour, de ésta forma, se le
estaría creando un sistema de rutina a la especie.
4. Cambiar el sentido del tour. Es decir, quizá la temática ya no sería
alimentar, sino, simplemente la observación y/o convivencia o contacto con
ellos (snorkel), de esta forma, se evita la posible creación de una dependencia
para el animal hacia el alimento, al mismo tiempo que no se ve afectado sus
horarios de comida.
5. Concientización del visitante. Antes de cada tour, se le debe
dar al turista indicaciones de lo que
puede o no hacer, ¿Para qué?, para que el pueda entender los límites de
contacto para con la especie y así ayudar a la difusión de la conciencia
ambiental.
6. Llevar un monitoriamiento del control de efectos causados al
recurso, para saber si se está presentando alguna problemática o si hay que
realizar cambio alguno a las prácticas.
Como conclusión, no se necesita tomar
medidas extremas para casos no tan extremos, la naturaleza y los humanos fueron
avanzando para ser beneficiados el uno con el otro, simplemente el humano
olvida como hacerlo de manera correcta, entonces, por medio de un ecoturismo
llevado de una manera controlada y ordenada, se logra hacer ese conjunto ideal
naturaleza-humano, que, en el caso de Stingray
City, no solo trae un beneficio económico para la comunidad, sino también el
beneficio humano de sencibilización de los vicitantes al contacto con el
animal, junto con la concientización ambiental de los mismos, sin excluir una
de las partes más importantes del ecoturismo, que es el beneficio y promoción a
la conservación de la zona para que la especie pueda seguir con su
supervivencia de la mejor manera posible.
Los
recursos naturales están ahí para ser utilizados, solo hay que saber cómo
usarlos.
O presente ensaio foi elaborado para a disciplina de Bioética e Bem-estar Animal e baseado nas seguintes obras:
Carvalho V. (S/f). O impacto do ecoturismo sobre a fauna e flora. Animal Livre. Recuperado de: http://blogs.jovempan.uol.com.br/petrede/o-impacto-do-ecoturismo-sobre-a-fauna-e-flora/#.UmBTgHDIVwg
Corcoran M., Wetherbee B., Shivji M., Potenski M., Chapman D. (2013). Supplemental Feeding for Ecotourism Reverses Diel Activity and Alters Movement Patterns and Spatial Distribution of the Southern Stingray, Dasyatis Americana. PLoS ONE 8(3): e59235. doir:10.1371/journal.pone.0059235. Recuperado de: http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.005923
Drumm A. y Moore A. (2002). Desarrollo del Ecoturismo. Un manual para los profesionales de la conservación. The Nature Conservancy, Arlington, Virginia, USA. Vol 1.
Rainforest Alliance. (S/f). Buenas Prácticas para Turismo Sostenible. Rainforest Alliance.
WWF. (2011). Directrices para el desarrollo del turismo comunitario. WWF Internacional.
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